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December 2017 in Boletín de filología
Fuentes plautinas y terencianas en la comedia humanística latina Corallaria (ca. 1432), de Tito Livio Frulovisi
Resumen:
La antigua comedia romana de Plauto y Terencio modeló intrínsecamente a la comedia humanística latina. Esta, en efecto, imitó a su predecesora no solo en sus argumentos y estructura, sino también en su lengua. En este trabajo nos proponemos justamente examinar en detalle cómo se manifiesta esta influencia léxica y fraseológica en la comedia Corallaria (ca. 1432), la primera de las siete que compuso Tito Livio Frulovisi.
INTRODUCCIÓN
Tito Livio Frulovisi nació en Ferrara hacia el año 14001. Durante su temprana niñez, su familia se trasladó a Venecia, donde hizo sus primeros estudios. Allí fue discípulo de Guarino Veronese, que enseñó en Venecia desde 1414 hasta 1418. Posteriormente, completó su formación en Padua, donde obtuvo el título de notario. En 1429 fue nombrado rector scholarum en una escuela privada de Venecia, y fue entonces cuando comenzó su carrera de dramaturgo.
A lo largo de su vida, Frulovisi escribió siete comedias, cinco de las cuales fueron compuestas durante su actividad docente en Venecia, que se extendió hasta 1434. Corallaria fue la primera de ellas2. Esta pieza muestra un importante avance en el progresivo proceso de comprensión del carácter de la antigua comedia romana, a la que solo hacia el final del siglo XV se llegó a imitar con cierta destreza y conciencia. Hay que destacar, además, el valor histórico de Corallaria, que es prácticamente la primera comedia humanística latina en haber sido puesta en escena. La representación tuvo lugar en Venecia durante el año lectivo 1432-1433, con ocasión de una festividad escolar y como parte de la actividad docente de su autor, que en ello mostró su “sensibilità pienamente teatrale” (Incardona 2011: XVI; Stäuble 1968: 62-63).
La definida vocación escénica de Frulovisi queda muy bien retratada en el prólogo de Corallaria. Junto con exponer ahí otros interesantes aspectos de su poética, nuestro autor declara abiertamente su preferencia por las representaciones teatrales frente a otras actividades recreativas como parte de los eventos escolares en los días de fiesta.
Sabéis que, casi desde la fundación de nuestra ciudad hasta hoy, existió siempre y existe aún en nuestra patria la costumbre de que, en los días de fiesta, los profesores organicen algunos juegos para los estudiantes: unos combaten con lanzas, otros compiten en danzas, otros prefieren ofrecer sacrificios a Baco. A nosotros nos ha parecido más honorable esta representación teatral. Nuestra preocupación es deleitar a nuestros jóvenes estudiantes, a vosotros y el pueblo. Y la única recompensa que anhelamos por nuestro celo es que nuestra voluntad os resulte grata3.
En este fragmento puede verse bien expresado, además, el interés pedagógico de Frulovisi. Esto no es, por cierto, algo que deba sorprendernos. Uno de los rasgos distintivos del Humanismo es su inclinación hacia lo formativo, y ha sido estudiado también en el ámbito de la comedia humanística. Sobre el particular, Luca ruggio trae en Alla maniera dei comici un interesante capítulo titulado “Il cómico e il pedagogo” (2015: 165-177).
Corallaria ha llegado hasta nosotros, junto con las otras comedias de Frulovisi, en un solo manuscrito, del que es depositaria la biblioteca del St. John’s College de Cambrigde4. Hasta hoy solo se la puede leer en la antigua edición crítica de Previté-Orton, de 1932, obra meritoria en su momento, pero ya insuficiente en varios aspectos y necesitada de revisión. Mejor suerte han tenido otras de las comedias de Frulovisi. En efecto, en los últimos años, cuatro de ellas han sido editadas críticamente en la cuidada colección “Teatro umanistico”, dirigida por Stefano Pittaluga y Paolo Viti5.
Ya Previté-Orton, luego de señalar que en las comedias de Frulovisi es patente la intención de imitar el lenguaje, el estilo, los personajes y las situaciones de las comedias de Plauto y Terencio, invitaba a los estudiosos a precisar hasta dónde ese propósito había sido exitoso: “How successful Frulovisi was in his endeavour to write the Latin of his favourite authors must be left to classical scholars to determine” (Previté-Orton 1932: XXII). Haciéndonos cargo de esta invitación, nuestro trabajo se propone justamente tratar de determinar en detalle la influencia léxica y fraseológica de Plauto y Terencio sobre Corallaria6.
Nuestra búsqueda localizó 207 calcos de la antigua comedia romana: 128 de Terencio, 61 de Plauto y 18 comunes a Plauto y Terencio. El alto número de estos loci similes confirma la estrecha dependencia que tiene Corallaria de esas fuentes cómicas antiguas, en particular de Terencio.
Es muy posible que existan más casos de intertextualidad que los 207 calcos plautinos y terencianos que nuestra pesquisa descubrió, por exhaustiva que ella haya procurado ser. A pesar de la inestimable ayuda que para una averiguación de este tipo presta hoy la informática -gracias a la cual, por ejemplo, es posible rastrear con rapidez y seguridad una determinada palabra o un determinado giro en el corpus completo de las comedias de Plauto y Terencio-, es seguro que hemos pasado por alto algunos casos.
En el registro que viene a continuación, los pasajes de Corallaria van dispuestos en la columna izquierda, listados de acuerdo al orden en que aparecen en la obra y con indicación de la página y la línea en que se hallan en la edición de Previté-Orton; van acompañados, en la columna derecha, de sus correspondientes fuentes plautinas o terencianas.
ANÁLISIS DEL COTEJO
El registro precedente contiene 207 casos de intertextualidad de Corallaria con las comedias de Plauto y Terencio. En 128 de estos casos (62%), la fuente es Terencio; en 61 (29%), Plauto; en 18 (9%), Plauto y Terencio a la vez. Estos números permiten apreciar bien la envergadura de la influencia léxico- fraseológica que la antigua comedia latina -en especial Terencio- ejerció sobre esta pieza de Frulovisi. Sobre este asunto, sin embargo, es conveniente hacer algunas observaciones que precisan el alcance de estos resultados.
Un primer hecho que conviene señalar para la mejor comprensión del cotejo es que el carácter de los préstamos en los casos aquí registrados es variado. Algunas veces se trata de calcos literales, que conservan todos los rasgos del pasaje fuente; otras veces, en cambio, la fuente es reelaborada, y esta reelaboración puede darse con mayor o menor grado de profundidad. Una modificación menor de la fuente es la que se da cuando Frulovisi sustituye una o más palabras por otras semánticamente equivalentes; por ejemplo, in te […] omnis repono spes opesque meas (Previté-Orton 32, 8), pasaje elaborado a partir de tibi commendo spes opesque meas (Plauto, Captivi 445). A veces la sustitución es de casi la totalidad de las palabras y de su sintaxis, conservándose intacta solo la noción; por ejemplo, hominem uidisse se non aiebat quisquam (26, 34), reelaboración del pasaje neque […] inuenio quemquam qui illum uiderit (Plauto, Amphitruo 1010). Otras veces, además de las modificaciones del caso, Frulovisi resemantiza un vocablo; por ejemplo, en Abi. Simul omnia compone quæ nobiscum ferantur (25, 22-23), simul tiene el significado de ‘además’ (cf. OLD, s. v. 5 d), mientras que en i […] intro et compone quae tecum simul / ferantur (Terencio, Hecyra 611-612) tiene el valor de ‘junto’ y va con tecum (cf. OLD, s. v. 1 b). Hay casos en que lo que Frulovisi imita de la fuente es solo su estructura, la que redirecciona creativamente hacia una noción distinta; por ejemplo, mulieres: tacere non posses (24, 13), elaborado a partir de mulier es: audacter iuras (Plauto, Amphitruo 836), o bien quo plura habeo, plura desidero (18, 32), pasaje construido a partir de quanto diutius abest, magis cupio tanto et magis desidero (Ter., Heau. 424-425).
Hay casos en que es posible tener la certeza de que un determinado pasaje de Plauto o Terencio es efectivamente la fuente de un determinado pasaje de Corallaria. Esto es así, por ejemplo, cuando en Corallaria encontramos una voz documentada una sola vez en la comedia latina antigua. Es el caso, por ejemplo, de philaca (23, 32 y 26, 21), que obligadamente tiene que haber sido tomada de Captiui 751. Lo mismo ocurre con la voz statariam, empleada en el prólogo de Corallaria (5, 22), cuya única documentación en la antigua comedia latina es Hecyra 28.
También podemos tener certeza del origen plautino o terenciano de un determinado pasaje de Corallaria cuando este es de cierta extensión y sus coincidencias con la eventual fuente son numerosas. En tales casos es prácticamente imposible que el pasaje de Corallaria se haya originado independientemente. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, con el pasaje sin aliud scirem qui meam tibi magis firmarem fidem quam iusiurandum, id pollicerer tibi (8, 14-15), que sin duda retomó el de Hecyra 750-751 aliud si scirem qui firmare meam apud uos possem fidem / sanctius quam iusiurandum, id pollicerer tibi.
Otras veces, en cambio, más que una influencia directa de un único pasaje de Plauto o Terencio, lo que hay es la influencia de un pasaje que se encuentra varias veces documentado en Plauto y/o Terencio. Es el caso, por ejemplo, de la típica apelación final a los espectadores uos ualete (32, 10-11), que encontramos documentada en Poenulus 808, Eunuchus 1094,
Phormio 1054 y Heautontimoroumenos 1067.
De mucho interés es señalar aquí, en fin, que algunos pasajes de Corallaria que presentaban alguna dificultad textual fueron finalmente aclarados en el momento mismo en que logramos identificar su fuente. En date operam nobis statariam <agere ut liceat> (5, 21-22), por ejemplo, fue el cotejo con date potestatem mihi / statariam agere ut liceat, de Heautontomorumenos 35-36, lo que orientó nuestra enmienda, imprescindible para restituirle su sentido al pasaje de Corallaria.
CONSIDERACIONES FINALES
El examen que hemos realizado deja a la vista la dependencia estrecha que existe entre Corallaria y los modelos plautino y terenciano. Si bien nuestro estudio se concentra en el ámbito lingüístico-fraseológico de la obra, quisiéramos agregar, a modo de cierre, algunas consideraciones de carácter más general, relativas la recepción e imitación de los auctores en nuestra obra y su tiempo.
Un primer punto tiene relación con el método de construcción, en base a préstamos, del texto. Si bien el procedimiento puede calificarse en buena medida de centonario, no debe ser entendido como falta de creatividad del autor. Se trata, ciertamente, de una postura artística que por su distinta concepción de la originalidad resulta extraña a nuestros tiempos, pero el procedimiento es usual en su época: los fragmentos de la literatura anterior que eran considerados como acabados a nivel estilístico, eran valorados y reproducidos, con o sin variaciones. No se debe olvidar tampoco que durante el Humanismo la recepción de los textos de las autoridades se produce en buena medida a partir de porciones de texto, en el marco de la llamada cultura del excerpere, y que conceptos como copia y elegantia, que forman parte de la discusión en torno a la adecuada composición de textos en latín, contemplan precisamente el trabajo con fragmentos.
Por otro lado, quisiéramos destacar la predominancia de Terencio por sobre Plauto en esta comedia. Al respecto conviene recordar que desde la Antigüedad tardía y durante toda la Edad Media, Terencio es uno de los autores que forman parte del canon de la enseñanza; el carácter moralizante de sus obras sin duda se encuentra en consonancia con la actividad pedagógica de Frulovisi. Walther incluso asocia a la inclinación de Frulovisi hacia Terencio el hecho de que tenga un número de comedias similar a este11. Algún influjo en la menor presencia de Plauto puede haber tenido, además, el hecho de que Frulovisi no hubiese podido trabajar con todo el corpus plautino al momento de escribir Corallaria: como se desprende de nuestro cotejo, las concordancias contemplan casi exclusivamente préstamos de las comedias conocidas con anterioridad al descubrimiento, en 1429, del Codex Orsinianus: Amphitruo, Asinaria, Aulularia, Captiui, Casina, Cistellaria, Curculio y Epidicus12.
Lo que hemos señalado hasta aquí no quiere decir, en todo caso, que Corallaria sea un calco estéril de sus modelos. No son pocos los planos en los que se produce una renovación en los contenidos del género: así, por ejemplo, el escenario es Pisa, y el marco de los acontecimientos es el de la Italia renacentista, como se desprende, por ejemplo, de la alusión que se hace al gremio de los artesanos del cuero o el rol predominante que tienen los personajes femeninos. Es claro que Frulovisi estaba consciente de la necesidad de refrescar el texto, postura que lo lleva incluso a manifestarse en defensa de las novae fabulae en el prólogo:
Y no os dejéis influir por las palabras de los malintencionados que andan repitiendo que no corresponde componer comedias nuevas, y que son bastantes las que se han escrito en griego y traducido al latín. Que haya -tal como las ha habido- muchas comedias griegas y latinas. Pero ¿por qué razón se empeñan en apartar al hombre13 de su afición y afán? Quieren arrastrarlo a la inactividad. Creen que los talentos de los hombres han cambiado, aunque lo que se ha extinguido del todo son solo las recompensas de la virtud. Lo que hicieron los griegos lo harían también los latinos14, si supieran que la palma del honor está a su alcance. [...] No traemos antiguas comedias, ya que los libros de los griegos han muerto. […] Lo nuevo deleita, lo nuevo agrada, lo viejo causa malestar15.
Podríamos decir, en consecuencia, que Corallaria equilibra antiguos modelos y presente. Si bien se trata de una comedia algo imperfecta en cuanto a la construcción de sus escenas y del desarrollo de los acontecimientos -probablemente por ser uno de los primeros intentos de su autor-, constituye un testimonio valioso del trabajo de los tempranos humanistas y del fenómeno de la creación durante los siglos del Renacimiento.
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